Después de comenzar el año con barro y agua, este domingo añadimos piedras. Todas las que nos encontramos por los caminos en la Garganta y zona de Peñalba, con las sendas lavadas por las corrientes.
La salida prometía ser intensa y no nos defraudó, se sufrieron caídas en el barro, en el agua (yo mismo) incluso percances mecánicos (Juan Carlos regresó sin frenos). Pero sobre todo disfrutamos de la sierra llena de cauces, con una ruta de unos 48 km que en algunos momentos nos parecieron casi el doble.
Ahí quedan unas cuantas fotos para que os hagais una idea.
Saludos
Ángel (el arquitecto)
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